Figura que muestra como un fabricante alemán recomienda el "perfecto alineamiento" |
Por Luis Felipe Sexto
Cuando se trata de buscar una guía que oriente acerca de cómo mantener una máquina, normalmente se acude, en primera instancia, a las especificaciones del fabricante. En muchos casos se considera “sagrado” su criterio y, ciertamente, siempre hemos de tenerlo en cuenta. Sin embargo, la visión crítica nunca debe abandonar al mantenedor que, a fin de cuentas, es el profesional especializado en la explotación de máquinas.
Existe multitud de ejemplos donde el Manual de explotación, suministrado por el fabricante, presenta zonas oscuras, vacíos, insuficiencias, ambigüedades y hasta se presenta como enemigo de las buenas prácticas para asegurar el funcionamiento correcto y la durabilidad del equipo.
Cuando se trata de buscar una guía que oriente acerca de cómo mantener una máquina, normalmente se acude, en primera instancia, a las especificaciones del fabricante. En muchos casos se considera “sagrado” su criterio y, ciertamente, siempre hemos de tenerlo en cuenta. Sin embargo, la visión crítica nunca debe abandonar al mantenedor que, a fin de cuentas, es el profesional especializado en la explotación de máquinas.
Existe multitud de ejemplos donde el Manual de explotación, suministrado por el fabricante, presenta zonas oscuras, vacíos, insuficiencias, ambigüedades y hasta se presenta como enemigo de las buenas prácticas para asegurar el funcionamiento correcto y la durabilidad del equipo.
Un ejemplo de tales criterios desacertados se ofrece, con gran pompa y colores, en las guarderas, que protegen los acoplamientos entre motores (AEG) y bombas (ITUR) (en una batería de 16 motobombas que prestan servicio en un determinado centro turístico). En cada protector una recomendación reza textualmente: