EJEMPLO HIPOTÉTICO DE VARIACIÓN DE LA VIDA ÚTIL DE UNA MÁQUINA EN FUNCIÓN DE VERIFICARSE DIFERENTES ESTADOS LÍMITES |
Por Luis Felipe Sexto
Es común, en los
ambientes industriales y académicos, manifestar el objetivo, la intención y el
deseo de alargar la “vida útil” de máquinas, partes y componentes. Para tal propósito,
se mira con muchas esperanzas a las actividades de mantenimiento indicadas en
los planes de mantenimiento de los fabricantes.
Olvidemos por un instante
que quizás el plan del fabricante no es el mejor plan para nuestro contexto.
Efectivamente, si inspeccionamos, limpiamos, lubricamos, regulamos…etc, etc,
con adecuadas frecuencias ¿acaso no garantizamos el alargamiento de la vida
útil de las máquinas?
La respuesta
parece obvia, pero en realidad no lo es tanto. ¿Cuál es la vida útil esperada
del componente o máquina? ¿Cuándo podemos afirmar que han llegado al final de
su vida útil? ¿Será verdad que sólo el incremento de la tasa de fallo dicta el
final de la vida de un item dentro de un sistema productivo? ¿Cómo es posible
darnos cuenta de haber llegado a una condición inaceptable para seguir
operando?
DEFINICIÓN Y
PREMISAS
Partiendo del
concepto estandarizado (EN 13306 Terminología de mantenimiento),
la “vida útil” es un intervalo de tiempo medido desde el primer utilizo
y hasta el momento que se verifica un “estado límite”. Por ello, cuando
compramos un auto, ya apenas saliendo del concesionario el auto se considera “usado”
y su precio de mercado inicia a decaer al instante. Pero esta definición de “vida
útil” parece decir todo pero no dice nada…
¿Cuáles serían
los “estados límites” que determinan el final de la “vida útil”?
Como es usual en
la industria, técnicamente se considera que una máquina ha llegado al final de
su vida cuando inicia a fallar con frecuencia, no obstante, se hace funcionar según
el “uso previsto” y se realicen actividades de mantenimiento preventivos.
Esto implica un
incremento del costo de mantenimiento total y del costo de indisponibilidad a
niveles inusuales y/o inaceptables. Decimos, entonces, que estamos de frente a
un “estado límite” que indica el final de la “vida útil” de la
máquina.
¿Sólo la caída de fiabilidad de la máquina determina el final de la vida de una máquina o sus partes?
Si una máquina o
componente mantiene su fiabilidad pero, por ejemplo, resulta imposible encontrar
repuestos de buena calidad o presenta componentes obsoletos, o cambian los requisitos
de producción y la máquina no se adapta a ellos, o simplemente resulta inaceptable
su costo para producir… en todos esos casos, o algún otro pertinente, podemos
afirmar de estar en presencia de un “estado límite” y, de consecuencia, del
final de la vida útil de la máquina, parte o componente en cuestión.
NO SIEMPRE
CABALLO GRANDE, ANDE O NO ANDE…
El desafío de
incrementar la “vida útil” de los activos físicos se basa en la definición
clara de los “estados límites”, que son los que determinarán el
momento de considerarla terminada. No es posible simplificar el concepto de “vida
útil” a la interpretación probabilística de caída de la fiabilidad ,
presente en la “curva de bañera”.
El criterio de
incremento exponencial de la “tasa de fallos” (λ) es
solo uno de los posibles “estados límites” que pueden determinar el fin de la
vida útil de una máquina, parte o componente.
Podemos disponer
de activos fiables, operativos, en plenitud funcional pero que se pueden considerar
obsoletos. Dicha obsolescencia constituye un “estado límite” para dicho contexto
industrial y, de consecuencia, representa el final de la “vida útil” de dicho activo.
Una vez aclarado
los conceptos de vida útil y estados límites, ¿Se podría continuar a pensar que
la vida útil de un activo hay siempre que alargarla y que depende solo del
incremento de la tasa de fallos?
Una buena praxis
sería dedicar un esfuerzo a identificar los posibles “estados límites” que
pueden aplicarse a cada máquina principal y actuar políticas en función de la
dinamicidad que los puede caracterizar.
En síntesis, la “vida
útil” de un activo físico puede estar condicionada por uno o una
combinación de dos o más “estados límites”, ejemplos:
1. Estado límite técnico, por incremento exponencial de la tasa de fallos.
2. Estado límite económico, por costos inaceptables de operación y mantenimiento.
3. Estado límite logístico, por dificultad en la adquisición de los repuestos, materiales, fuentes energéticas.
4. Estado límite por obsolescencia tecnológica programada o no programada.
5. Estado límite por exigencias ambientales y/o de seguridad.
6. Estado límite por requisitos de ley.
7. Estado límite por nuevas exigencias productivas incapaces de satisfacer completamente con el activo actual.
Una apreciable
competencia es la aprender a identificar cuándo se ha llegado al final de la
vida del activo. Porque no siempre la mayor vida útil por fiabilidad es la
necesaria. Como se aprecia en el ejemplo de la figura, pueden haber otros
estados límites que determinan el fin de la vida de una máquina antes del
incremento de la tasa de fallos. No siempre caballo grande, ande o no ande…
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PARA REFERENCIAR ESTE ARTÍCULO:
Electronic Document: Sexto, Luis
Felipe. VIDA ÚTIL DEL ACTIVO Y ESTADOS LÍMITES [en línea]. julio de 2023.
[fecha que se cita xx/xx/20xx]. Disponible en Internet: blog master
Sostenibilidad, Mantenimiento & Gestión de Activos, <https://se-gestiona.radical-management.com>
Portal https://www.radical-management.com
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