Por Luis Felipe Sexto
Aún después de tantas y aleccionadoras evidencias, provenientes de todas partes del mundo, el mantenimiento, incluso desde el punto de vista conceptual, es un enigma para mucha gente que tiene el poder de tomar decisiones, sobre todo al más alto nivel. La dirección de las empresas deben aprender a conocer la esencia de cada proceso y actuar con proyección y visión de sistema y defender eso.
No existe, ni puede existir, una politíca de mantenimiento preventiva consistente sin un mantenimiento oportuno. Confundir mantenimiento oportuno con mantenimiento de oportunidad es pretender deshacernos del mantenimiento cuando exista una ventana de operación (parece como una concesión que hace operación) y que, en todo caso, se hará cuando se pueda y no cuando sea necesario.
A más mantenimiento de oportunidad —que obvia a las intervenciones cíclicas y sistemáticas allí donde son esenciales— más espacio para la corrección y sus consecuencias negativas y más perdidas sociales, operacionales, mas desmotivación y menos lo deseable... Mantenimiento de oportunidad, mientras no sea inoportuno: ¡SI!
Mantenimiento de oportunidad, como abanderado del absurdo y pretexto excluyente de lo racional y el conocimiento: ¡NO! ►
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