Mantenimiento oportuno es diferente de mantenimiento de oportunidad. |
Por Luis Felipe Sexto - @lsexto
Una tentación comprensible ha llegado a mi a través de un confidente contrariado con lo que me cuenta: La pretensión de la dirección de una empresa de servicios esenciales de “quitarnos de encima de una vez y para siempre” el mantenimiento preventivo y en su lugar insertar el mantenimiento de oportunidad —una fórmula revolucionaria que permitiría operar ilimitadamente y colocar el necesario mantenimiento en función unicamente de “ventanas de tiempo abiertas por la operación o alguna otra ‘fuerza mayor’”.
Lo trascendental es la idea que esto supone. Es algo así como encontrar la forma de hacer un móvil perpetuo de tercera generación. Al parecer, todos hemos estado perdiendo el tiempo mientras la solución tan simple estaba a la vista. Con lo expuesto, ¿que opina usted?
El denominado mantenimiento de oportunidad no es más que mantenimiento diferido y este es, por su propia naturaleza, una mayor medida de mantenimiento correctivo que no es atendido inmediatamente después de la ocurrencia de la no conformidad, pero que es diferido de conformidad con determinados criterios tolerados por parte de la dirección de la organización y la propia operación. La intervención según oportunidad también puede considerar tareas preventivas si encuentran concreción dentro de rangos admisibles de espera, que no comprometan el nivel de prevención que se busca.
Por otra parte tenemos que no existe, ni puede existir, una politíca de mantenimiento preventiva consistente sin un mantenimiento oportuno. Confundir mantenimiento oportuno con mantenimiento de oportunidad es pretender deshacernos del mantenimiento cuando exista una ventana de operación (parece como una concesión que hace operación) y que, en todo caso, se hará cuando se pueda y no cuando sea necesario.
Mantenimiento de oportunidad solo es útil para aquello donde es conveniente esperar y aprovechar el tiempo otorgado por una parada aleatoria. Si se piensa que todo se puede hacer de ese modo no se reconoce que el mantenimiento es un proceso que forma parte integra del proceso de operación y que tiene principios y reglas. No es posible la operación efectiva, eficaz y eficiente sin el mantenimiento oportuno, lo que significa oportunidad consciente para realizar las combinaciones de mantenimiento (sea preventivo, según condición, predictivo, correctivo) que mejor se ajusten dado un contexto operacional. En cambio, generalizar para todos los casos el mantenimiento de oportunidad, allí donde no da lugar, conducirá al incremento de la tasa de fallos y sus consecuencias, a más corrección en aquello que no es conveniente y en definitiva a proporcionar inefectividad, ineficacia e ineficiencia. Justo lo que se declara querer evitar.
Aún después de tantas y aleccionadoras evidencias, provenientes de todas partes del mundo, el mantenimiento, incluso desde el punto de vista conceptual, es un enigma para mucha gente que tiene el poder de tomar decisiones, sobre todo al más alto nivel. La dirección de las empresas deben aprender a conocer la esencia de cada proceso y actuar con proyección y visión de sistema y defender eso.
A más mantenimiento de oportunidad —que obvia a las intervenciones cíclicas y sistemáticas allí donde son esenciales— más espacio para la corrección y sus consecuencias negativas y más perdidas sociales, operacionales, mas desmotivación y menos lo deseable... Mantenimiento de oportunidad, mientras no sea inoportuno: ¡SI!
Mantenimiento de oportunidad, como abanderado del absurdo y pretexto excluyente de lo racional y el conocimiento: ¡NO! ►
@lsexto
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