Por Luis Felipe Sexto
Lourival Tavares, hombre cordial, sencillo y respetable que muchos conocemos sea personalmente o a través de sus publicaciones ha perdido un poco de cabello, le han salido canas, usa lentes, es esposo, padre, abuelo. Ha envejecido físicamente pero hay algo que lo ha encapsulado en eterna juventud: su espíritu de trabajo y el orgullo de cuatro décadas de aporte constante en el campo del mantenimiento industrial.
Nos une la misma profesión; sin embargo, su larga y exitosa trayectoria me sirve para divulgar algunos reflejos de una experiencia que únicamente puede desprenderse de alguien que en su carrera atesora el ejercicio como supervisor, jefe de asesoría técnica de Itaipu Binacional, director por dos mandatos de la Asociación Brasileña de Mantenimiento (ABRAMAN), presidente del Comité Panamericano de Ingeniería de Mantenimiento de la Unión Panamericana de Asociaciones de Ingenieros (COPIMAN de UPADI), profesor, conferencista y consultor.
A pesar de, en ocasiones, haber estado tan cerca, nunca el tiempo y la oportunidad fueron favorables. Finalmente el momento es propicio le pido colaboración y responde:
—En cuanto a tu solicitud, por supuesto que mi respuesta es SI. Estoy listo para responder las preguntas que me formules.
Y precisamente más que cargos y responsabilidades, más que un nombre quisiera reflejar al hombre. Vamos convencionalmente a establecer nuestro punto cero en la segunda mitad de los sesenta.
—Usted recibe su título de Ingeniero Electricista otorgado por la Universidad de Río de Janeiro, en 1967, ¿cuál considera Lourival Tavares, desde el punto de vista profesional y como persona, que ha sido el hilo conductor de tantos años de trabajo?
—Tuve la felicidad de al graduarme (hace exactamente 40 años) de ingresar en una empresa que tenía un Presidente que creía en los empleados y ofrecía la oportunidad de hacer pruebas con el riesgo de cometer errores. Así, en esta empresa implementé, por vez primera en Brasil (y creo que en Latinoamérica) un sistema informatizado de mantenimiento (en el año de 1972). El programa tuvo mucho éxito y llevó la compañía a ofrecerme una pasantía en distintas empresas de Canadá y Estados Unidos que también estaban iniciando este tipo de técnica. Esta pasantía me abrió el camino para el desarrollo del tema que, desde entonces, seguí hasta el día de hoy.
—¿Podría usted expresar aquí alguna máxima que haya guiado su vida?
—Ética (mucha ética), esfuerzo, dedicación y respecto al cliente convierte a un profesional en un gran profesional. No se debe tener el miedo de cometer equívocos y jamás se debe desanimar con ellos, se debe buscar con los errores aprender para hacer algo mejor.
—¿Según su opinión a qué se debe su éxito en la comunidad de mantenimiento hispanohablante?
—Además de buscar practicar los requisitos indicados en la respuesta anterior, uno se debe mantener actualizado, participar en eventos, saber oír, saber mirar y entender que siempre hay algo por aprender (de los otros y de uno mismo). Creo que estas son las claves del resultado exitoso de mi trabajo.
—¿Qué valor le concede a su libro Administración Moderna de Mantenimiento?
—De los tres primeros libros que escribí, sin duda es el mas completo en su propósito y tuve además el privilegio de tenerlo traducido al español (con el grande apoyo de un boliviano y un colombiano) alargando de esta forma su alcance. Después recibí la solicitud de mi gran amigo Carlos Pallotti para publicarlo en Internet, esto vino a proyectarlo todavía más.
Usted ha luchado por la integración del mantenimiento como una ‘función estratégica’, ya que su experiencia desde hace mucho lo llevó al pensamiento de que se podía agregar valor a la empresa desde el mantenimiento. En suma, Lourival, ¿en estos momentos qué nuevo proyecto o idea tiene en mente?
—Ahora estoy buscando difundir la nueva visión del mantenimiento, como gestor de activos y responsable por ganancias en la empresa, al que llamo en mi nuevo libro “Mantenimiento Centrado en el Negocio”
—¿Cómo entiende usted la ética profesional?
—Sin duda para mi es una de las mayores virtudes de un profesional (sea en la actividad que sea), y lo que más me molesta es justamente encontrar aquellos que, al revés de buscar crear o desarrollarse, buscan apoyarse en lo que hacen los otros y, peor que todo, sin darles el crédito por la creación. A lo largo de mis cuarenta años tuve muchas decepciones al suponer que algunas personas tenían un mínimo de ética y después mostraban su mediocridad.
—¿Se siente satisfecho con lo que ha aportado a la teoría y práctica del mantenimiento? ¿Cuál podría ser su principal aporte desde el punto de vista profesional?
—No puedo decir que hubo un aporte. Creo que hubo muchos aportes como el actual de buscar difundir el “Mantenimiento Centrado en el Negocio” (o mantenimiento como función estratégica). Y espero seguir dando aportes a nuestra función, si Dios así me permite.
—¿Consideraría oportuno mencionar algunos nombres de personas que usted considere hayan, o se encuentren, realizando una importante contribución teórica y práctica a la ingeniería de mantenimiento en Latinoamérica?
—El peligro es olvidar pues son muchos… —Intentémoslo. —Sin embargo, están Santiago Sotuyo, Gerardo Trujillo, Mario Copa, Edgar Bernal, Julio Carvajal, Rogelio Arcuri, Carlos Pallotti y muchos, muchos otros.
—¿Hacia donde valora se dirigirán los esfuerzos y el desarrollo del mantenimiento escala mundial en los próximos 50 años?
El mundo está tan cambiante que 50 años hoy día es un plazo infinito. Creo que solo podremos tener un estimado de lo que va a pasar en los próximos 2 años, y en este tiempo seguramente el mantenimiento se irá reforzando con el enflaquecimiento de la operación (antes llamada “producción”, lo que es un equívoco, pues “producción es operación + mantenimiento). Con el avance tecnológico las máquinas están necesitando cada vez menos la acción humana para operar y, en contrapartida, cada vez más la necesidad de especialización de los mantenedores. Con esta reducción de operadores y especialización de mantenedores resulta que, además de las responsabilidades para lograr la máxima confiabilidad para el proceso, el mantenedor también busca mejorar sus conocimientos en áreas estratégicas y financieras, de forma que genere ganancias para la empresa.
—Si pudiera seleccionar a un jefe de mantenimiento, ¿qué cualidades usted desearía que tuviera el elegido?
—Ética, respecto al ser humano, liderazgo y compromiso con la empresa.
—Ya usted pasa los 60, ¿se siente cansado?
—Si. Los viajes ya me cansan mucho. Sin embargo, siento que la experiencia acumulada a lo largo de los años hace que mi trabajo sea útil para mis clientes y así compenso un poco el cansancio con la satisfacción de estar prestando un buen servicio a los que me contratan.
—¿Su habilidad para establecer la comunicación y encantar auditorios viene en su sangre o la entrenó?
—Gracias por la referencia. Creo que en parte todo empezó en mi juventud cuando estuve metido en un grupo de teatro que presentaba espectáculos para auxiliar a los que necesitaban (no solo bajo el aspecto financiero, sino además bajo el aspecto emocional). Estuve en este grupo por 9 años y esto desarrolló un poco esta habilidad. Además, estuve mucho tiempo como profesor de escuela secundaria que me hizo desarrollar algunas habilidades académicas. Todo esto, sumado con los 40 años de Ingeniería (siempre en mantenimiento), resultó lo que resultó.
—¿Un consejo de aquello que NO deberían hacer nunca las nuevas generaciones de mantenedores y empresarios?
—Aislarse en sus actividades y considerar el mantenimiento como un centro de gastos al revés de un centro de lucros.
—Pudiera usted expresar con una frase breve o una palabra lo que siente cuando escucha:
1-Abraman
2-COPIMAN
ABRAMAN – Sociedad nacional exitosa
COPIMAN – Profesionales dedicados, fraternos y competentes
—¿En su opinión cuales son las diferencias y puntos comunes entre la teoría y la práctica del mantenimiento en países desarrollados y en desarrollo?
—Dedicación, compromiso y responsabilidad.
—¿Algún sueño no cumplido?
—Si. Vivir en un País donde los políticos no fuesen tan corruptos.
Entre los reconocimientos que usted ha recibido durante su carrera se encuentra el de “Notorio saber”, otorgado por dos universidades brasileñas: La Federal de Rio de Janeiro y la Federal de Paraíba, también aquellos concedidos por numerosos congresos e instituciones, pero dígame, ya para concluir, —¿Cómo querría ser recordado?
—Como aquel que siempre respectó a su prójimo, que fue justo, que mantuvo siempre una postura ética, que fue creativo dejando un buen legado de conocimiento para sus iguales; además, obviamente, como un buen hijo, esposo, padre y abuelo.■
“Ética, mucha ética […]”
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